Descubriendo...

Hola!
Ya ha terminado otra semana y comienza una nueva. Voy a intentar resumir la semana que he dejado atrás, siendo consciente de que ya es un recuerdo que me llevaré a España.

Esta semana ha sido bastante movida.

El lunes después de terminar mi jornada, a las 7, fui a apuntarme a unas clases de inglés gratis en un High School de la zona. Las posibilidades para asistir a clases gratis de inglés son: Lunes y Miércoles de 7pm a 10pm en Deerfield High School, y Martes y Jueves de 7pm a 10pm en Highland Park High School. Son institutos ¡enormes!. Fui completamente sola a Deerfield (un pueblecito de al lado) a prenguntar, con mi magnífico inglés, qué tenía que hacer para empezar mis clases y automáticamente me llevaron a una sala (muy amables todos) para hacerme un ¡examen de nivel!. Alaaaa! Nada más llegar ¡premio!, pero es normal, es para saber en qué aula debían ponerme.


Tras 45 minutos aproximadamente de examen (sólo escrito, de lectura comprensiva con preguntas), tuve que esperar en el pasillo a que me dijeran el resultado. Entonces, la amable señora me dijo que estaba muy bien, que no estaba tan mal como yo pensaba! :)




Me acompañó al aula de la profesora Suzanne y asistí a mi primera clase de inglés! Me disculpé por mi inglés y pedí que hablaran despacito, porque aquella gente (sólo somos 6 o 7 personas en clase) ¡hablaba muy fluido!. Hay gente de Rusia, de China, de Rumanía, Francia... Son clases muy variadas. Enseguida pude coger el ritmo, al fin y al cabo, el inglés me tiene rodeada y no me da otra alternativa que agudizar el oído...

Me llamó la atención que en los pasillos hay muchas frases célebres escritas en las paredes.



Al día siguiente hice la misma operación pero en el High School de Highland Park (este está aún más cerca de casa). Ya no necesité el examen de nivel porque Suzanne mandó mi expediente a este instituto y automáticamente me asignaron a Harriet, una viejecica muy simpática y con mucho sentido del humor (habla distinto, pero me encantan sus puntos cómicos). En el brake (descanso) nos regaló una manzana de caramelo a cada uno!! En esta clase casi todos hablan español, pues la mayoría son de Mexico, aunque entre nosotros en clase hablamos en inglés. También somos unos 7.


En las clases (de ambos sitios) seguimos unos libros que tienen allí y vamos leyendo, comprendiendo y comentando. Si no sabemos alguna palabra, Harriet lo explica contextualizando con ejemplos (todo en inglés, of course) para que lleguemos a la conclusión entre todos (si veo que aún así no lo entiendo recurro a preguntar a mis compañeros en español!!).
La verdad es que estas clases me sirven para desconectar de la rutina de los niños que, aunque estoy encantada con ellos, es bueno despejar la mente para comenzar al día siguiente de buen humor. Por cierto, creo que ya he comentado en reiteradas ocasiones que Highland Park es como un gran agujero negro, oscuro y sin farolas... Pues imaginad yo sola por esas calles de vuelta a casa a las 10 al terminar las clases... ¡Qué miedo!

Pues mi semana fue básicamente estar con los niños e ir a las clases. Lo mejor vino el fin de semana, concretamente el domingo, ya que el sábado me tocó currar por la noche. Aunque empezaré por contar el viernes. Me encantó!

Por la mañana conocí a mi vecina (¡vive en la casa de en frente y no nos conocíamos aún!), me acompañó a la oficina de la Seguridad Social para rellenar unos papeles y que me dieran mi tarjeta con el número de la seguridad social. Ella es de inglaterra, así que no se si sabrá la grandísima suerte con la que cuenta, pues la principal barrera del idioma no la tiene. Pues fuimos a dicha oficina a un pueblo de los alrededores (como a 30 minutos en coche) y yo tenía en mi mente las colas que se forman en España en este tipo de sitios... Pues me volví a equivocar... En 10 minutos ya estaba fuera, y porque me equivoqué al rellenar el formulario y tuve que empezar de nuevo... sino en 5 minutos hubiera terminado! Qué diferencia... En fin...

Así que de regreso a casa íbamos hablando todo el tiempo para conocernos mejor. Es bueno que ella (Gemma se llama) no sepa nada de español, porque de ese modo me obligo a entender y a hablar. Así que cuando llegamos, quedamos para comer el sábado.

Por la noche quedé con Valeska. Es una niña muy dulce de Guatemala con la que he congeniado muy bien! Fuimos a cenar a The CheeseCake Factory!

Impresionante lugar! Es enorme y se puede comer, cenar, hay mucha variedad, pero su especialidad son ¡las tartas! Wow!! No sabía cual elegir, tenían todas una pinta... Pufff!!! jajaja

 
Para cenar elegí champiñones rellenos con queso y salsa de vino... ¡espectaculares! Pedí eso porque era como una tapa, en plan pequeñito porque ¡quería hacerle hueco al postre!
Pedí la carta de postres y por lo menos había 100 tartas diferentes. No sabía cual elegir, las quería todas!!! Pedí consejo al camarero y me recomendó una de chocolate que tenía bastante éxito. Así que la pedí y estaba deseando probarla. Solo puedo decir que estaba increiblemente buena (estoy salibando de imaginármela mientras escribo...).

Era una especie de mousse de chocolate con bolitas de chocolate por dentro y una capa más de otro chocolate por encima, con un bizcocho de chocolate. Para quien le encante el chocolate, como a mi, es una muy buena elección!!






 Valeska pidió una tarta de queso que también estaba buenísima!! No sabría decir cuál me gusta más, porque, por supuesto, la probé también!! jajajaj

Después de cenar intentamos buscar algún sitio para ir a tomar algo, pero mi zona de noche es muerte. A partir de las 10 de la noche no hay nadie vivo por las calles y está todo cerrado y oscuro, así que nos fuimos a casa.









Al día siguiente me fui con Gemma y Lisa (otra chica alemana) a comer y, ¿a que no sabéis dónde querían ir? jajaja sí, al CheeseCake Factory! jajajaj Es muy famoso aquí. Hay 2 restaurantes en la zona y el sábado fuimos a otro diferente al que fui con Valeska.






Esta vez pedí una combinación de chocolate con tarta de queso (era la tarta del 30º aniversario y, mmmmm!!! buenísima!)








Cuando volví de comer me cambié y fui a ver el barrio. Tenía que trabajar sábado por la noche, así que para hacer tiempo decidí ponerme el chándal y recorrer las calles de Highland Park (así bajaba las tartas!!) jajajaj. He de reconocer que cada día me sorprende algún nuevo rincón de esta zona. Preciosa!

Lo bueno llegó el domingo! A las 9 de la mañana quedé con Valesca de nuevo y con otra chica mexicana, Mitchell. Quedamos para ir de nuevo a Chicago!


Nos fuimos en tren y una de las curiosidades es que ¡es de dos plantas! :)
Tardamos unos 45 minutos en llegar hasta el centro de Chicago, desde la estación que tengo cerca de casa. La verdad es que el trayecto no se hace nada pesado, es más, no parece que sea tanto tiempo.

Cuando llegamos sentimos el viento en la cara. No hay que olvidar que estábamos en la ciudad del viento (the windy city). Para mi no era muy fuerte después de vivir tanto tiempo en Almería...


Estábamos algo desubicadas, pero pronto nos pusimos en camino a buscar un Sturbucks para desayunar!

Viendo que no encontrábamos ninguno, decidimos entrar a un DunkinDonuts, que tampoco está mal... Cuando ya habíamos desayunado, salimos y ¡el Sturbuck estaba a 10 metros! jajaja.







De allí, continuamos viendo la ciudad. Es impresionante pasear entre rascacielos. Miras hacia arriba y no les ves fin... Da tanta impresión...

Me sentía pequeña, muy pequeña! Pero feliz!

 

 

De camino, pasamos por H&M porque mi bolso era demasiado pequeño y necesitaba otro más grande. La tentación me invadía, pero fui fuerte y sólo me compré el bolso (bueno, y una libretica pequeña muy mona...).

De ahí fuimos a Millenium Park! Qué sitio más bonito! La verdad es que de verlo sólo en fotos por internet, en mi cabeza se había creado un lugar bastante distinto, aunque el real no estaba nada mal...

Me gustó mucho, y sobre todo el Bean, donde todo el mundo se aglomeraba para verse reflejado y echarse fotos. Estuvimos un buen rato haciendo fotos, saltando, riendo... Lo pasamos realmente bien :)

Y continuamos nuestro camino descubriendo rincones de la ciudad. fue muy curioso encontrar ¡un huerto entre los rascacielos! Era bastante llamativo el contraste con los gigantescos edificios de fondo. Curioso.

 La belleza de la ciudad podía sentirse en el ambiente. Es sorprendente que en una metrópoli tan extensa y enorme, llena de gente, llena de coches, llena de movimiento, ruido, estrés... se pueda encontrar también tranquilidad, paz, relax... Cada día me gusta más y bajo todo ese revuelo, existen lugares y momentos especiales que llenan de calma y recargan las pilas con una dosis de alegría.

 

Tras andar y andar, llegamos hasta el Lago Michigan y desde allí se podía ver el Navy Pear y el Aquarium (quedan pendientes para la siguiente visita!).

 
Estuvimos echando fotos (la verdad es que no paraba de echar fotos! Estaba alucinando!) y enseguida se hizo la hora de comer.

Teníamos que comer rápido porque Mitchell tenía que trabajar por la tarde y se iba pronto, así que buscamos un sitio para comer. La elección fue SubWay, que estaba buenísimo, por cierto. Pedí un bocadillo de pollo, con lechuga y Honey Mustard (me encanta esa salsa! es una mezcla de mostaza con miel buenísima!). Con el menú iba la bebida (coca-cola zero) y una bolsita de Lays.

Mitchell se tuvo que ir pronto y Valeska y yo nos quedamos disfrutando de la ciudad unas horas más :)

Emprendimos camino por la ciudad disfrutando de las vistas, adentrándonos en las calles, preguntando direcciones y todo para llegar hasta el 2º edificio más alto del mundo (el primero está en Dubai): The Sears Tower (también conocido como Willis Tower).

Subimos a su impresionante mirador llamado "Sky Deck". Era aún más alto que el edificio Jonh Hanckok al que fui la semana pasada. Era impresionante! También fue impresionante la cola para entrar: una hora y media esperando!!! Nos pusieron un vídeo durante la espera y uno de los datos curiosos que dijeron es que este mirador recibe ¡25000 personas cada día! a 17 dólares por persona... ¡no se mueren de hambre! :)

 Mientras esperábamos en la cola, había curiosidades que hacían la espera algo más amena... ¿Cuántas como yo necesitarían para llegar hasta arriba del edificio? ¡270 aprox.! :)

Desde el SkyDeck se puede ver mucho más allá de la ciudad. De hecho también había un mapa explicando el territorio que abarcan las vistas de tal colosal edificio.

 Una vez arriba ¡wow! todo era tan bonito! A las 4:30 ya empieza a anochecer, por lo que cuando llegamos arriba ya se podía ver la ciudad iluminada. Era precioso, aunque me gustaría volver a subir de día. En el Sky Deck hay unas prolongaciones transparentes que dan muchísima impresión. Puedes ver bajo tus pies toda la ciudad, porque el suelo es transparente. No apto para personas con vértigo o miedo a las alturas!!! Es una pena que la cámara no pueda captar los detalles tal y como los percibía yo. Es una experiencia preciosa. Cuando estábamos allí empezó a llover y no se podía apreciar bien la belleza de la ciudad iluminada porque los cristales estaban mojados y había una especie de neblina por toda la ciudad... 

Al bajar nos dimos cuenta que no llovía, ¡diluviaba! Llovía bastante fuerte, yo no se trataba de aquella lluvia rabiosa que parecía que no caía pero mojaba... no, esto era lluvia fuerte y combinada con viento nos calamos enteras, pero no me importaba!! Estaba en Chicago! :)

Al salir del SkyDeck teníamos un McDonalds en frente, así que entramos corriendo para no mojarnos demasiado y ¡por fin he comido en un McDonald! No es nada del otro mundo, es más, la comida es asquerosamente grasienta... vamos, lo que viene siendo un McDonald, pero yo no se qué le echaran que está increiblemente mejor que el de España... ¿por qué será...? No lo entiendo y quizás no quiera entenderlo... Seguro que soy más feliz ignorando la respuesta...

Así que cenamos y llegamos a tiempo para coger el tren de vuelta a casa, el cual resultó estar muy cerca del famoso SkyDeck, por lo que para la próxima ya nos ubicamos mejor! Ya vamos conociendo la ciudad! Step by Step!!

Un fuerte abrazo!

Seguiré informando.